El escuadrón veneno
En 1902, la cocina situada en el sótano de las oficinas del Departamento de Agricultura en Washington DC era ortodoxa y difícil de criticar su comida. Su menú era amplio y variado, con un chef conocido como Perry, poseedor de un currículum impresionante incluyendo varias temporadas como jefe de cocina para la Reina de Baviera. La carne era fresca, los platos perfectamente elaborados y todos los productos eran de la más alta calidad, incluyendo el veneno…
Su plan era ‘sencillo’ desde el principio. Él construiría una cocina y comedor en el sótano del edificio del Departamento de Agricultura, para poder servir comida envenenada a un grupo de jóvenes voluntarios de no más de 20 años, que fueran lo suficientemente resistentes como para soportar la dieta que tenía en su mente
El escuadrón veneno
Los primeros 10 miembros del escuadrón eran todos empleados del departamento de Agricultura, diez jóvenes vigorosos y voraces que se habían comprometido a comer en la cocina de Wiley en un lapso de 6 meses. Los menús se establecieron para que los alimentos de cada día incluyeran exactamente un ingrediente sospechoso. Aún así, todos firmaron exenciones absolviendo al gobierno americano de la responsabilidad por los posibles impactos en su salud que pudiera derivar de su participación en el programa, incluyendo la muerte.
La comida estaba garantizada con platos típicos entre otros como pollo asado, estofado de ternera, espárragos con mantequilla, bollos calientes y pasteles de frutas frescas con café y crema. La única pega fue que uno de esos platos y desconociendo cual de ellos, incluía una sustancia de prueba elegida por Wiley, de una lista de conservantes y colorantes altamente sospechosa utilizada a menudo en los alimentos.
Al principio, utilizó bórax, un mineral de color blanco brillante molido y enviado en fresco de las quemas de residuos de Death Valley de donde se extraía. El Borax y el compuesto relacionado, el ácido bórico, son utilizados por comerciantes para disfrazar el tiempo o incluso el proceso de descomposición de los alimentos.
Wiley comenzó mezclando polvo de bórax en mantequilla, pero rápidamente descubrió que los comensales estaban respondiendo a su sabor metálico y rehusaban de ella. Luego mezcló en la leche y el café, pero los hombres de entonces comenzaron a evitar esas bebidas. Finalmente renunció a los engaños por completo y comenzó a embalar el bórax en cápsulas, para ser ingerido obedientemente entre plato y plato ante la atenta mirada de Wiley.
La parte más notable de la historia es que los hombres obstinadamente se tragaron esas cápsulas llenas de bórax, y lo hicieron a pesar de los numerosos dolores de cabeza, bajadas de temperatura, náuseas y dolor abdominal como resultado. El borax, como ahora sabemos, no es agudamente tóxico, pero sí definitivamente irritante para los tejidos y en largo plazo puede causar perdida de peso y daños en el sistema reproductivo. “Hoy en día los hombres son más delgados de lo normal y todos muestran los efectos de la tensión”.
Voluntarios posteriores tragaron cápsulas llenas con numerosos aditivos alimentarios tóxicos, algunos como el Sulfato de cobre y elFormaldehído, el primero utilizado principalmente en la actualidad como plaguicida y el formaldehído como conservante de carne, ampliamente conocido hoy en día como un veneno potencialmente capaz de producir cáncer al exponerse a tejidos vivos.
La mayoría de los miembros de equipo “elegido para la gloria”, no consiguieron paga extra por su destino peligroso, tan sólo su paciencia y obediencia de recibir tres suculentas comidas al día y el mérito de contribuir como conejillos en pro de la ciencia y el beneficio humano.
El doctor Wiley pronto tuvo que poner fin a sus pruebas cuando los voluntarios comensales se pusieron tan enfermos que no pudieron levantarse de sus camas. Algunos de ellos con serios daños hepáticos, renales y cerebrales. De octubre de 1902 hasta julio de 1903, los voluntarios del escuadrón veneno comieron los suculentos platos del afamado chef Perry, junto con los conservantes de alimentos más comunes de la época.
Los esfuerzos de Wiley finalmente dieron su fruto. En 1906, el Congreso aprobó la ley de Inspección de alimentos, las primeras destinadas a la regulación de los procesos alimenticios. En el proceso tuvo que ceder el púlpito y el protagonismo para el matón mas grande de todos…’Teddy Roosevelt’. La ley de Wiley conocida originalmente tomó el crédito político del presidente Roosevelt dejando a Harvey Washington Wiley en el más frío de los protagonismos.
El escuadrón veneno fue inmortalizado en canciones y anuncios, el más famoso fue probablemente el poema de SW Gillilan, un poema que exagera las hazañas de los voluntarios. También temas musicales como “La Canción de Pizen” de Poison con letras como:
Con el ácido prúsico rompemos nuestro ayuno, que el almuerzo sea con un guiso de morfina; cenamos con un consomé de fósforos, bebemos cerveza de ácido carbóxílico, …sublimado corrosivo nos tonifica. Somos muertos inmunes y estamos orgullosos, tan orgullosos…¡¡Hurra por el Pizen Escuadrón!!
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